Adecuemos correctamente el contexto de este inolvidable momentazo:
-Título: Punch-Out.
-Año: 1990.
-Plataforma: NES.
-Breve caracterización: adaptación de la recreativa surgida en 1984 donde se nos presenta un juego de boxeo insertado en una base puramente arcade: controlamos al protagonista Little Mac que, junto a la ayuda de su inseparable entrenador Doc Luis, intentará llegar a lo más alto de la competición pugilística a través del enfrentamiento con once peculiares adversarios (con sus técnicas específicas), en combates donde Mario es el árbitro y la mecánica es la propia de un fighting game, es decir, agotamiento de la barra de energía (amén del derechazo especial de Mac, equiparable al súper o técnica devastadora propia de los juegos de lucha actuales).
Dicho esto, un recuerdo de especial cariño (insertado en mi memoria videojueguil) es la seudocinemática aparecida tras ganar cada uno de los circuitos de la competición (y que servía para ofrecer al jugador el correspondiente password): en una escena de evidente esencia "rockística", Litlle Mac entrena duramente mediante un ejercicio de carrera continua, siguiendo a Doc Luis que avanza rápidamente en bicicleta... Si a dicho acto le sumamos una melodía que, a día de hoy, sigue siendo considerada una de las mejores composiciones en la historia de las bandas sonoras del videojuego, junto a una representación más que fidedigna del puerto neoyorquino, donde la Estatua de la Libertad contempla nuestro duro proceso de entrenamiento (la escena se presenta en los formatos diurno y nocturno), puede adscribirse el episodio descrito a nuestro marco de momentazos donde prima, ante todo, la emotividad.
Disfruten.